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DIBUJO DE GERARDO PETSAIN (wampis) PUBLICADO EN LA COLECCIÓN  YAUNCHUK, el universo mítico de los huambisas/CAAAP

“La venganza de los Iwa” de hoy

Publicado: 2020-06-18

Por Dina Ananco

El mito de Iwa permite una reinterpretación en tiempos de COVID-19 de la historia de los awajun y wampis con el Estado peruano.

Cuando leí un comentario que compartió Matut Impi, docente awajun de la comunidad de Belén, distrito Kanus (Río Santiago), provincia Condorcanqui, región Amazonas, en nuestro grupo de WhatsApp, el de los awajun y wampis que vivimos en Lima, se me ocurrió de inmediato un título como “La venganza de los Iwa”. Considero que es una reinterpretación de nuestra historia sobre Iwa, de los denominados mitos, con la que crecimos escuchando de nuestros ancestros.

Matut comienza señalando:

“No imagino las aglomeraciones de las personas, en los agentes para cobro de bonos. Mañana es día de cobro en Belén como en otros puntos. Les he dicho que al menos, los que aún están libres (del virus), se mantengan al margen, pero me informaron que el total de la población (ya) están con síntomas. Es necesario frenar, y pedir que la gente se abstenga, y decirles que nuestra gente, en la comunidad, puedan resistir con productos de la chacra y que su plata no se va perder. Pero es incontrolable”.

Luego, cita la historia de Iwa de manera breve:

“(Actualmente) Nuestro pueblo está como el Cuento de Bachig (Mono) e Iwa (hombre carnívoro). Donde el Mono quiso exterminar a los hombres carnívoros para defender a las personas como nosotros. Así que a los Iwa les ofreció yáas (caimito, fruto del monte). Les dijo que encontró un árbol con frutos, bien cargado. Los Iwa se animaron y se fueron todos: niños y adultos. Como el árbol estaba al otro lado de la montaña, Bachig, el mono, les preparó un puente y luego invitó para cruzar. Cuando la familia Iwa estaba en medio del puente colgante, Bachig cortó la soga y los mandó al barranco. Así se logró exterminar a los Iwa, nuestros enemigos”.

Seguidamente, Matut hace una crítica reflexiva sobre cómo las comunidades awajun y wampis enfrentan no solo la pandemia sino la cuarentena que, es importante resaltar, no ha sido pensada para los pueblos indígenas u originarios. El anuncio del presidente Martín Vizcarra sobre qué medidas el Gobierno tomaría en favor de los pueblos indígenas, fue como una especie de recuerdo de la existencia de esta población, de nuestro pueblo. Sin embargo, después de casi dos meses de iniciada la emergencia, consideramos que fue un mero gesto simbólico.

“La pandemia nos desnuda”, afirmaba el Dr. Huertas en la televisión Nacional. Esta pandemia no solo ha desnudado el sistema de salud precario que tiene nuestro país sino también lo precaria que sigue siendo la concepción que tienen los no indígenas, las autoridades tanto locales y nacionales, sobre la población awajun y wampis del Perú y demás pueblos originarios. Al fin y al cabo, la mayoría de los ministerios que tenemos no conocen a su población más allá de los escritorios y las estadísticas que son importantísimas para sentir alivio o resignación en el manejo de la llamada la brecha social.

Para no entrar en temas estadísticos, y volviendo a Iwa, nuestro enemigo, pienso que acaso nosotros, los awajún y los wampis, vemos o concebimos que cada Gobierno de turno ha sido o se ha presentado como una especie o versión de “Iwa vengador”. Desde nuestra perspectiva indígena, algunos aliados podrían ser los tsere/bachig que nos ayudan a poder resistir y enfrentar el sistema, a volverlo a nuestro favor. El pasado 5 de junio, por ejemplo, “celebramos”, si así queremos llamarlo de manera más amigable, el llamado Baguazo. “Bagua maanikmau”, un hecho tan doloroso que sucedió hace 11 años y que nos puso en evidencia ante el mundo, como si, por fin, mezclados entre el humo de las bombas lacrimógenas, corriendo con la lanza en la mano o simplemente huyendo, pudiéramos existir ante la mirada de ese otro que nos trata o llama como “sujetos subalternos o salvajes”.

El Iwa actual, como comenta Matut, que no es otro sino el Gobierno peruano, para aplacar el hambre o justificar el “quédate en casa” en esta cuarentena provocado por la pandemia, dio los siguientes bonos: i) Bono 'Yo me quedo en casa', ii) Bono Independiente, iii) Bono Familiar Universal, iv) Bono Familiar Habitacional y v) Bono 720 para el personal de salud. Para el cobro de este bono/yaas, muchos de los beneficiarios awajun o wampis se trasladan a las comunidades lejanas a las suyas. Ahora ya es tarde. Por las llamadas que recibimos de cada familiar o amigo que sale a pedir auxilio a comunidades que sí tienen señal telefónica, podemos tener información de la presencia de las personas con síntomas del COVID-19.

Hasta la fecha, pese a que las organizaciones solicitaron este bono, el Gobierno no ha diseñado o implementado un plan de prevención para evitar la conglomeración de las personas en áreas rurales amazónicas. No hemos observado información pertinente que nos permitan constatar que las autoridades conocen la organización de las comunidades. ¿Cómo es posible que los comuneros tengan que viajar dos a tres horas en peque-peque para cobrar un bono en comunidades muy distantes como Belén, San Rafael o Chapiza, habiendo un agente del Banco de la Nación en Galilea, que es la capital del distrito Kanus (Río Santiago), para cobrar los 760 soles? Estos actos ponen en riesgo de contraer el virus a la población indígena de manera masiva y no hay cómo afrontarlo. La razón es que este sunkur -gripe o enfermedad desconocida- se ha mostrado superior a nuestra medicina tradicional. El riesgo es mayor, puesto que observamos también que la mayoría de centros o puestos de salud están en completo abandono.

Como señala el abogado awajun, Gil Inoach “...no podemos tolerar medidas estatales que nos conducen a posibles muertes masivas. Es momento de aplicar nuestro derecho a la libre determinación por derecho a nuestra sobrevivencia. Desde ahora para adelante, debemos establecer y aplicar nuestros propios protocolos”.

En estos mismos momentos, por ejemplo, El Cenepa, un distrito awajun de la provincia de Condorcanqui, pide apoyo con desesperación al gobierno central que se mantiene en silencio. Pedido de auxilio similar veníamos escuchando del alcalde provincial de Condorcanqui, que hace poco ya no se manifiesta porque se encuentra en aislamiento por problemas en su salud. Sí, por eso, cuando Matut Impi nos recuerda la historia del Iwa, yo la llamo La venganza del Iwa. Por si no está claro: Iwa es el Gobierno, no hay otra forma de entenderlo.

Datos

El 17 de junio, cuando terminaba de escribir esta nota, circulaba por las redes sociales de PNUD Perú, sobre la llegada de las “pruebas rápidas y material médico”. Una muestra de que, con una dosis de voluntad, se pueden generar cambios en nuestro país. 

Ese mismo día, El Ministerio de Cultura, a través de la Resolución Suprema Nº 005-2020-MC, publicó en el diario oficial El Peruano, la creación de la “Comisión Multisectorial de naturaleza temporal para el seguimiento de las acciones para la protección de los pueblos indígenas y originarios en el marco de la emergencia sanitaria declarada por el COVID-19”.

También nos reportan que hay dos casos confirmados en el puesto de salud de Galilea, dejando en aislamiento a todo el personal de salud.

Hoy 18 de junio, nos acaba de dejar el profesor Gerardo Shimpukat Atsasua. Que el Ajutap/Arutam lo tenga en el espacio infinito.


Escrito por

Dina Ananco

Awajun y wampis de Amazonas. Traductora e intérprete de la lengua wampis y bachiller en Literatura por la UNMSM.


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